Hasta donde se ha llegado a conocer a los Neanderthales
( Creces, 2011 )

La discusión continúa entre los paleoantropologistas. Los que tratan de reivindicar a los Neanderthales y los que los siguen mirándolos en menos. Ahora los estudios genéticos parecen demostrar que unos y otros se mezclaron, y que si los Neanderthales desaparecieron, nos habrían dejado en recuerdo un 4% de sus genes, insertos en nuestro genoma.

A pesar que desaparecieron hace 20.000 años, por sus restos óseos se puede deducir su apariencia física, la que no parece haber sido muy atractiva. Sus rasgos faciales deben haber sido toscos y desproporcionados para nuestros estándares. Sus arcos supra orbitarios muy prominentes, su frente baja e inclinada hacia atrás y una mandíbula sin mentón. Su nariz gruesa, su boca grande, ancha y con grandes labios. Su cráneo, también grande, contenía un cerebro incluso mayor que el del hombre moderno, conteniendo un volumen aproximado a 1500 cm cúbicos. Su esqueleto era robusto y sus extremidades cortas, de modo que como promedio deberían haber medido 1 metro y 65 centímetros. Su pelvis ancha y el tórax en forma de barril. Sus huesos largos eran robustos y en ellos debieron haberse insertados fuertes masas musculares. Su estructura ósea no era la adecuada para correr, pero si para desplazarse, y caminar largas distancias sin cansarse.

El primer descubrimiento de uno de estos restos fósiles ocurrió en Alemania el año 1856, y el hallazgo desde el primer momento despertó gran curiosidad. Cuando Rudolf Virchow, famoso patólogo alemán de la época, quien los analizó por primera vez, afirmó que debería pertenecer un cosaco herido y que sus gruesos arcos supra orbitales, que le darían un seño fruncido, reflejaban los muchos años de dolor que había sufrido. El paleontólogo francés Marcellin Boule, lo describió como un fósil muy antiguo y afirmó que los restos que había examinado correspondían a alguien que había sufrido de artritis. Por su parte el geólogo irlandés William King, lo encontró tan parecido a un mono, que decidió catalogarlo como una nueva especie: Homo neanderthalensis, ya que en "Neander Tal" (Valle de Neander) fue el lugar en que se hallaron estas osamentas.

Desde entonces se han escavado cientos de diferentes sitios de Europa, desde Inglaterra, a España y de allí hasta Siberia, y es así como es se han ido encontrado osamentas y utensilios de Neanderthales en más de doscientos lugares diferentes. También muchos han sido encontrados en Asia, desde el Mar Rojo, al Mar del Norte. Se puede afirmar que en todo este amplio territorio (Eurasia), es donde ellos vivieron durante 200.000 años, para posteriormente desaparecer, hace aproximadamente 20.000 años. Durante este tiempo, y por un período de 20.000 años, convivieron en el mismo territorio con el Homo sapiens. Lo que no se sabe es porqué los Neanderthales desaparecieron, mientras los Homo sapiens continuaron progresando y desarrollándose evolutivamente hasta hoy. Una posible hipótesis sostiene que su constitución no fue adecuada para soportar los intensos fríos que sobrevinieron en aquellas edades. Andel de la Universidad de Cambridge y un amplio grupo de colaboradores, decidieron investigar esta posibilidad y para ello formaron un equipo multidisciplinario. Realizaron un exhaustivo estudio relacionando las adversas condiciones climáticas que fueron afectando sucesivamente a las distintas áreas geográficas de Europa de aquella época, correlacionándolas con los datos radiométricos de utensilios y restos óseos pertenecientes a los Neanderthales, que habían sido encontrados en las diferentes excavaciones. Concluyeron que los Neanderthales, a diferencia de los Homo sapiens, no habían sido capaces de adaptarse al intenso frío que afectó a Europa hace unos 20.000 a 40.000 años. En aquella época la temperatura descendía hasta -10 grados centígrados en forma persistente. Los investigadores concluyeron que en la medida que se iba enfriando Eurasia desde el norte hacia el sur, los Neanderthales se vieron forzados también a emigrar, buscando climas más templados, hasta llegar a refugiarse en el sur de España, lugar en que se encontraron sus últimos hallazgos arqueológicos. Con ello concluyen que su incapacidad de adaptarse al frío habría sido la causa de su exterminio (Los grandes fríos mataron a los Neanderthal). Pero otros paleoantropologistas, piensan que no fue el frío, sino que estos habrían sido barridos por un verdadero genocidio cometido por los Cro-Magnons, como se han llamado a los primeros Homos en Europa. Otros, mas benevolentes, piensan mejor, y asumen que los Neanderthales habrían sido paulatinamente desplazados geográficamente por los invasores, los Homos, de por si más sofisticados y cultos. (“Se pretende descifrar el genoma del hombre de Neanderthal"). El hecho concreto es que la interrogante de porqué se extinguieron, aún no tiene una respuesta categórica.

Tampoco está claro por qué los humanos llegaron a ser culturalmente mas avanzados que los Neanderthal, ya que biológica y cognitivamente se veían como similares. ¿Es que tal vez los Homos tuvieron algún truco genético que les permitió ir más allá en su evolución? ¿Sería tal vez la aparición del lenguaje en los Homos lo que facilitó las cosas? La posibilidad de desarrollar el pensamiento simbólico, como también la de transmitir y desarrollar una cultura está muy asociado a él. Se ha afirmado que los Neanderthales nunca pudieron hablar y si lo hicieron, habrían desarrollado sólo un rudimento de lenguaje. Sin embargo Ronaldt Holloway de la Universidad de Columbia en Nueva York, es uno de los que creen que sí hablaron. El ha estudiado cientos de cráneos de Neanderthales y afirma que del análisis de la forma de este se puede colegir que albergaban un cerebro que poseía un área frontal y del lenguaje, que era semejante a la de los Homos.

Recientemente ha sido descrito en el hombre la existencia de un gene asociado al lenguaje (FOXP2), cuya actividad se relaciona con el desarrollo muscular de la boca, la lengua y la garganta lo que le permite emitir y modular distintos sonidos que se requieren para que sea posible el desarrollo del lenguaje (El gene del lenguaje nos separa de las especies animales). Este mismo gene estaría también presente en los Neanderthales, pero con otra estructura de las bases de su DNA. Svante Pääbo y colaboradores del Instituto Max Plack de Alemania han podido construir la historia evolutiva del FOXP2 en los humanos, encontrando que codifica una proteína constituida por 715 aminoácidos. Han comprobado que este gene no es exclusivo del hombre, ya que existe en diferentes especies animales, pero con diferentes estructuras de sus bases, lo que hace que su funcionalidad sea diferente. De hecho está presente en los perros u otros animales, pero ni los perros ni los otros hablan. Se ha calculado que en el linaje humano se produjeron los cambios genéticos (mutaciones) que permitieron el desarrollo del lenguaje. Ello habría ocurrido hace aproximadamente 200.000 años y luego durante los 120.000 años siguientes, estos ya se habrían generalizado en el 95% del genoma de la población. Ahora el mismo Pääbo, ha logrado descifrar la estructura de trozos de DNA en osamentas de Neanderthales, pudiendo evidenciar que el mismo gene estaba presente en ellos, pero en una versión diferente, por lo que no puede asegurar que haya tenido igual funcionalidad (Current Biology, vol 17, p 1908, año 2010). Lo mas probable es que la versión del gene FOXP2 de los Neanderthales fuese funcionalmente diferente al FOXP2 de los humanos, ya que estos se habrían separado evolutivamente de los humanos durante su etapa africana, hace 500.000 años, mucho antes que se hubiesen producido las mutaciones que a los humanos les permitió desarrollar el idioma. En resumen, tampoco esta interrogante tiene una respuesta definitiva. ¿Fueron los Neanderthales realmente capaces de hablar? Si no lo fueron, allí podría estar la diferencia del mayor desarrollo de la especie Homo, que con características físicas y biológicas propias, hicieron aparecer a los Neanderthales como menos evolucionados, más rudos y más toscos, (El hombre de Neanderthal corresponde a otra especie).

Más tarde ambas especies se volvieron a encontrar conviviendo en los mismos territorios (Eurasia) por más de 20.000 años. Allí surge otra interrogante que ha despertado gran polémica entre los paleoantropologistas. Durante ese largo período, estas dos especies ¿fueron tan diferentes que no se pudieron cruzar? Unos afirman que no se cruzaron (El Neanderthal y los humanos no se cruzaron), y otros afirman que sí. Los que afirman que sí, se basaron en el hallazgo de un esqueleto de un niño encontrado en Portugal, que aparentemente tenía características de ambas especies. Los que afirman que no, se basan en que el estudio radio isotópico de esos mismos restos evidenció que ese niño había vivido 24.500 años atrás, ya cuando los Neanderthales habían desaparecido. ( Los Neanderthals maduraban antes que los humanos).


Que puede decir la comparación del DNA

Nadie puede afirmar o negar que los Neanderthales y los Homos no hayan tenido sexo. Lo único que se puede asegurar es que los primeros eran bastante feos y no deben haber sido muy atractivos para los humanos o humanas, de modo que no parece que el cruzamiento haya sido la regla (Posible cruzamiento entre Neanderthals y humanos modernos). Otra cosa es que como resultado de estos posibles cruzamientos hayan llegado a tener crías, intercambiando sus genomas. Pääbo, en una reciente conferencia realizada en el Laboratorio de Cold Springs, en Nueva York, afirmó que en un futuro cercano podría llegar a aclararse esta duda. El y Richard Green de la Universidad de California, Santa Cruz, ha podido determinar la estructura del 60% del genoma de fragmentos fosilizados de huesos de Neanderthales que vivieron 40.000 años atrás en lo que hoy es Croacia (Science, vol.328, p. 710, 2010). Comparándolo con genomas humanos de hoy observan que comparten el 99.9% de su estructura del DNA, lo que confirma que ha habido un ancestro común del que se separaron hace 500.000 años.

La mayor sorpresa estuvo en el análisis comparado del DNA. Las personas actuales que no tenían ancestros africanos, tenían su DNA mas semejante al DNA de los Neanderthales, en relación a las personas que tienen ancestros africanos, lo que les permite concluir que entre el 1 al 4% del DNA de las personas no africanas actuales viene directamente de los Neanderthales. Es decir, que la única forma que los no-africanos en el mundo actual pudiera haber adquirido este porcentaje de DNA de Neanderthal es que los humanos modernos que abandonaron Africa se hayan mezclado con los Neanderthales después que colonizaron el resto del mundo, lo que los investigadores piensan que sucedió hace 45.000 años en el Medio Este. Este fue un hallazgo inesperado, ya que en estudios previos realizados en DNA mitocondrial de Neanderthales y en el DNA del cromosoma "Y", no se habían detectado signos de cruzamiento ( El hombre de Neanderthal corresponde a otra especie). En todo caso, basándose en estos últimos hallazgos, los investigadores esperan que futuras comparaciones del DNA cromosómico, cuando se haya completado la secuenciación del DNA cromosómico de los Neanderthales, pueda contribuir a clarificar definitivamente esta controversia de cruzamiento entre los dos diferentes grupos raciales, Neanderthales y Homos.

Nuevas similitudes entre Homo y Neandertal

Por mucho tiempo se había pensado que los Neanderthales eran definitivamente inferiores a los Homo sapiens, pero nuevas investigaciones y estudios comienzan a establecer comparaciones y pareciera que las diferencias no fueran tan profundas. Según los investigadores, en ellos se han comprobado habilidades que se creían solo las poseían el genero Homo. Según algunos, se han ido adquiriendo nuevas informaciones que hacen suponer que los Neanderthales vivían como los Homos, que hablaban como ellos, que enriquecían su vida con la música, y que dibujaban signos y decoraciones al igual que ellos, hasta tal punto que algunos especialistas se atreven a afirmar que ambos pertenecían a la misma especie, lo que otros (la mayor parte) lo niegan.

Las primeras evidencias que sustentan estas suposiciones se refieren al tipo de vida que los Neanderthales parecían llevar. Según recientes hallazgos, ellos no solo vivían en cuevas o a la intemperie, sino que también construían refugios. En excavaciones recientes en Francia, se han encontrado bases de madera que probablemente sustentaban construcciones (American Anthrologist vol. 104, pág. 50, 2010). Numerosos hallazgos de más de 60.000 años de antigüedad, confirman que controlaban el fuego, aún cuando no eran los primeros en haberlo hecho. Probablemente fueron los primeros que tocaron música alrededor del fuego. Los más antiguos instrumentos musicales encontrados se han atribuidos a los Neanderthales (Nature, vol.460, pág. 737, 2010), ya que se han encontrado algo que parecen las primeras flautas fabricadas de huesos.

Del mismo modo hay ciertas evidencias que los Neanderthales usaban ropas y trabajaban el cuero de animales con sus dientes. Antes se creía que eran carroñeros y ahora está claro que eran muy buenos cazadores, capaces de cazar rinocerontes y otros grandes mamíferos. También cazaban animales solitarios en los bosques, como visones, además animales en manadas, conejos y pájaros. El análisis de restos marinos, se puede concluir que también se alimentaban de alimentos del mar (Proccedings of National Academy of Science, vol. 105, pág. 14319, 2010).

También construían armas y elaboraban herramientas, como lo demuestran las meticulosas preparaciones de piedras para utilizarlas como martillos, o filudas para cortar. También hay evidencias que fabricaban una especie de pegamento para pegar mangos de madera de abedul (Journal of European Archaelogy, vol.4, pág. 385,2010).

En el pasado se pensaba que todas estos avances tecnológicos de los Neandertales eran copias de lo que fabricaban los antepasados humanos, pero hallazgos recientes, encontrados en el sur de Italia, que datan de hace 42.000 años muestran diferencias de lo encontrado en excavaciones atribuidas a primitivos humanos. Ello se observa en herramientas de huesos o piedras diferentes a las de humanos (Journal of Archaeological Method and Theory, vol 17, pág. 175, 2010.

Diversos hallazgos hacen pensar que los Neanderthales enterraban a sus muertos (Extinct Humans, Basic Books, 2000). Es así como se ha observado en excavaciones realizadas en La Chapelle-aux-Saints en Francia, donde el "Viejo Hombre", como se le ha denominado, fue enterrado con tierras de colores alrededor de 60.000 años atrás. También en excavaciones de Teshik-Tash, en Uzbekistán, donde se encontró un entierro de un niño de 9 años de edad, hace 70.000 años (American Journal of Physical Anthroplogy, vol. 3, p 151). En hallazgos de aproximadamente la misma época, realizados en la cueva de Shanidar en Irán, se han encontrado las tumbas de 10 individuos. Allí se describe lo que se han llamado "el entierro flora", por el hallazgo de una concentración de polen de plantas medicinales, lo que se ha interpretado como prácticas de ritos funerarios.


Otros no están de acuerdo

Según Paul Mellars de la Universidad de Cambridge, los Neanderthales y los Humanos se separaron hace 500.000 años y desde entonces evolucionaron separadamente en Europa y en Africa respectivamente (figura). Tendría que ser muy poco probable que durante todo este tiempo no hayan evolucionado desarrollando diferencias en su cerebro o en su estructura física. Acumulativamente esto representa millones de años de evolución, afirma Mellars. El piensa que necesariamente debieron desarrollar muchas diferencias cognitivas.

La publicación parcial del genoma de los Neanderthales, afirmaría estas suposiciones. Si bien es cierto que hay menos de un 1% de diferencia entre los humanos y los Neanderthales, debe haber cientos de mutaciones en diferentes genes, que deben traducirse en funciones diferentes. Estas aun no han podido ser pesquisadas dado que el genoma de los Neanderthales es aún muy incompleto. Son muchos los genes que condicionan el desarrollo del cerebro y que se traducen en diferentes funciones y capacidades cognitivas, incluyendo el comportamiento y la interacción social. Sería muy extraño que estas diferencias no se hubieran producido, cuando la evolución se realizó separadamente, en regiones diferentes.

Mayores apoyos que hacen presumir que las diferencias generadas deben haber sido importantes, se desprenden del trabajo de Philipp Gunz y sus colaboradores del Instituto de Antropología Evolutiva, del Max Plank en Alemania. Los autores comparan el desarrollo del cerebro, estudiando los cráneos de los recién nacidos Neanderthaleses, comparándolos con los cráneos de recién nacidos del hombre moderno. Encontraron que estos eran similares en el momento del nacimiento, pero que su desarrollo difería muy grandemente durante el primer año de vida, un periodo muy crítico para el desarrollo cognitivo (Current Biology, vol. 21, p R921, 2010).

Otro investigador muy respetado, Lewis Binford de la Universidad Metodista en Texas opina que el estilo de vida de los Neanderthales muestra poca capacidad de planificación. Cree que ellos podían procesar poca información en un determinado momento y esto tiene que ver con su escasa capacidad de innovación, dice Steven Mithem de la Reading University de Inglaterra. (The Singing Neanderthals, Harvard University Press, 2006)

En definitiva Mellars no cree que los Neanderthales tuvieran capacidad de pensamiento simbólico, aunque también hay que considerar que en esa fecha, hace 50.000 años, tampoco los humanos deben haber sido muy capacitados. Con todo, en los tiempos que los humanos entraron a Europa, poseían mejor tecnología, mejor organización social y mejores cerebros. En esas condiciones, los Neanderthales tenían que jugar con un equipo de otra liga, dice Mellars.

En la médula del debate, lo que está claro es que los Neanderthales desaparecieron y los humanos siguieron evolucionando. En todo caso según lo encontrado por Svante Pääbo, si bien los Neanderthales ya no están con nosotros, pero nos dejaron sus genes que están insertos en nuestro genoma, hasta en un 4%.


* Para saber más: Robert Adler. One of the family? New Scientist, 4 de Diciembre 2010, pág. 32.


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